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8 cosas que no sabías sobre el orgasmo

Hoy en día, el orgasmo es algo conocido por todos… al menos, teóricamente. Sin embargo, alrededor del orgasmo también hay ciertas curiosidades que no son tan conocidas. La escritora Mary Roach, autora del libro Follar, ha explorado para TED el mundo de los orgasmos y ha encontrado 8 secretos del mundo del placer que seguro que no conocías.

1. Orgasmos no genitales

La gente que tiene daños en la médula espinal, como paraplejías o cuadriplejías suelen desarrollar áreas muy sensibles justo por encima de la zona paralizada. Se conocen el caso de una mujer que alcanzaba el orgasmo si alguien le acariciaba la ceja o un hombre que conseguía llegar al clímax sexual mediante la estimulación de su rodilla.

2. Lavarse los dientes o la mera imaginación pueden provocar orgasmos.

Entre los casos más curiosos de orgasmos sin estimulación genital que se conocen está el de una mujer que tenía un orgasmo cada vez que se cepillaba los dientes. Algo de la acción sensomotora de cepillar los dientes disparaba el proceso. La mujer acudió al neurólogo y le empezaron a realizar un montón de pruebas. Le estimularon las encías con un palillo para ver si provocaba alguna respuesta, pero no, era solamente el movimiento. Otro caso curioso era el de una mujer que lograba alcanzar el orgasmo con solo imaginarlo.

3. Hay gente que puede tener un orgasmo después de morir.

Algunas personas que se encuentran en estado de muerte cerebral sufren lo que se conoce como “el reflejo de Lázaro”. Es decir, ciertas personas que parecen muertas presentan movimientos reflejos porque sus nervios espinales siguen intactos. Y también pueden tener orgasmos. Si los nervios sacros se oxigenan es posible que “un muerto” orgasme.

4. Tener un orgasmo puede curar el hipo.

En una revista médica canadiense se puede encontrar un estudio que lleva como título Las relaciones sexuales como tratamiento potencial para el hipo intratable. La idea se le ocurrió a un médico canadiense después de que un paciente con hipo persistente se “curara” cuando tuvo sexo con su mujer.¿Podrán curarse los «hipadores» solitarios a través de la masturbación?

5. El orgasmo puede aumentar la fertilidad

A principios del siglo veinte, muchos ginecólogos creían que cuando una mujer tenía un orgasmo, las contracciones servían para succionar el semen hacia el cuello de útero, y así provocar que este fuera más rápido en su camino al óvulo. A esta teoría se le llamó la teoría pro-succión.

6. La masturbación ayuda a que el semen sea de mejor calidad.

Tener orgasmos puede fomentar la fertilidad en hombres. Cuando el esperma del hombre lleva mucho tiempo en el cuerpo humano, empieza a desarrollar anormalidades que hacen que los espermatozoides sean menos efectivos a la hora de llegar al óvulo. Es por ello por lo que el sexólogo británico Roy Levin ha especulado con la idea de que quizás sea esto lo que ha hecho que los hombres evolucionaran a onanistas frecuentes. “Si me la sacudo seguido podré producir semen fresco». Curiosa excusa evolutiva.

7. Existió una máquina de coito artificial para estudiar el orgasmo.

Para sus estudios sobre la sexualidad humana, Masters & Johnson desarrollaron una máquina de coito artificial. El artilugio era en esencia un pene con cámara montado en un motor. Un falo acrílico transparente con una cámara y una linterna montado encima de un motor que se mueve imitando los movimientos del coito. La mujer tenía sexo con el objeto y gracias a la cámara y la luz los científicos podían registrar el orgasmo y observar las contracciones.

8. ¿Cuál es la velocidad a la que viaja el semen eyaculado?

En los años 40 el científico Alfred Kinsey decidió calcular la distancia promedio a la que viaja el semen eyaculado, ya que existía una teoría que decía que la fuerza con la que se arroja el semen hacia el cuello del útero era un factor de fertilidad.

Reunió en su laboratorio a 300 hombres y les hizo masturbarse hasta eyacular. Y encontró que en las tres cuartas partes de los hombres el semen simplemente se escurría, caía prácticamente en vertical afectado por la gravedad tan pronto abandonaba el pene. No obstante, el poseedor del récord de ese experimento consiguió eyacular a una distancia de 2,5 metros.

Fuente: www.playgroundmag.net





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