<

En este 14, no olvidar: ¿Cuánto dura realmente el amor?

Porque todos sabemos que el secreto del amor es mantener viva la llama, para los más excépticos, si una relación requiere de mucho trabajo, entonces no vale la pena.

Lo cierto es que, al parecer, lo del trabajo nunca es suficiente. Porque en una entrevista con el portal Infobae, el licenciado en Psicología Sebastián Girona señaló que todas las relaciones tienen un período de encantamiento inicial, que dura más o menos un año.

Después de eso, hay que tratar de mantener viva la llamita si es que quieren que la cosa resulte.

«Toda relación al comienzo atraviesa la etapa del famoso enamoramiento, que se caracteriza por tener una intensidad muy alta y visible, y una profundidad pequeña. Con el tiempo y en el mejor de los casos, la situación debería cambiar para pasar a lo contrario: un vínculo más profundo que inevitablemente hace disminuir la intensidad», fueron sus palabras.

«Esta etapa no dura un tiempo exacto, a veces pueden ser seis meses, a veces ocho o inclusive un año, pero lo importante es que, más tarde o más temprano, se termina», enfatizó.

Pero no sólo eso: El licenciado, que es un frasco de alegría y arcoiris, comparó la sensación de los primeros meses de una relación, con los efectos que produce consumir cocaína.

«La descarga de adrenalina y las ganas frenéticas de estar con la otra persona, sobre todo sexualmente, nos acerca a una de las sensaciones más valiosas y diferentes que podemos experimentar en la vida», dijo.

Y por otro lado, dijo que, al iniciar una relación, estamos tan metidos en ella que no somos capaces de verle ningún defecto al otro: «El juicio crítico que todos tenemos en el día a día, en esta primera etapa, está apagado. O sea la persona que nos gusta, al principio no tiene ningún defecto«.

Por eso es tan normal que, pasado este efecto de adrenalina, todo se ponga más difícil, y ya nada se sienta «como antes».

Pero ante esto, el doc dijo que «Si lo pienso como que se rompió el hechizo, no puedo hacer nada, sólo lamentarme. Ahora si lo pienso como que el destino de una pareja es responsabilidad de los dos, entonces la situación cambia bastante y puedo tomar cartas en el asunto».

O sea, a trabajar no más, querubines.


Contenido patrocinado

Contenido patrocinado