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El secreto detrás de los ojos de David Bowie

Hoy, martes 10 de enero, se cumplen dos años de la partida de David Bowie, uno de los genios creativos más importantes en la historia de la música, producto de un cáncer de hígado a la edad de 69 años.

Recordar a Bowie es hacer memoria a grandes álbumes y discos dignos de analizar con lupa, así como también a su particular manera de mostrarse en escena con sus atuendos. Pero también hay un factor físico que hacía llamar la atención y que siempre llega a la mente cuando se piensa en este artista: sus ojos y lo distinto que se veían uno del otro.

Muchos quizás pensaban que esto era producto de una heterocromía, anomalía de los ojos en la que los iris son de diferente color, pero no. La razón se remonta a la niñez de Bowie, a una amistad y a un amor.

En 1962, cuando el intérprete de “Heroes” tenía 15 años, David Bowie estaba enamorado de una niña llamada Carol, la que también era pretendida por George Underwood, un amigo del artista. El punto llegó a un climax en que ambos se fueron a los golpes por este hecho, teniendo a Bowie como el más dañado, especialmente por un puñetazo certero de Underwood que lo llevó al hospital.

Pese a que después de la pelea ambos hicieron las paces, aquel golpe impactó directo en su ojo derecho, dejándolo dañado de por vida. Esto porque sufrió específicamente un trastorno llamado anisocoria, condición que hace que los afectados tengan las pupilas diferente tamaño. Una de cada cinco personas presenta esto, al menos con 0.5 milímetros de diferencia, por esto muchas veces no se percibe a simple vista.

Esto no afecta en la calidad de la vista y puede originarse por derrame cerebrovascular, tumor, enfermedades como la sífilis o por un trauma.


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