Las drásticas temperaturas en el mundo entero parecen no dar tregua. Así como en Australia se ha llegado a derretir el asfalto del suelo por el calor, en China el frío congela literalmente hasta el pelo.

Prueba de ello es este escolar asiático llamado Wang Fuman (8), quien desafió las bajas temperaturas de -9° para llegar a su escuela en Shaotong (sur de China) y poder dar un examen.

Lo sorprendente es que pasó más de una hora caminando 4.5 kilómetros hacia su colegio.

Por más cómico que pueda resultar la foto, su historia es más dura de lo que creemos. Su padre es un trabajador migrante que vive en otra ciudad y su mamá lo abandonó. Según relata Daily Mail, el pequeño vive en una casa de adobe junto a su abuela y su hermano mayor.