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Madonna inició polémica gira mundial que provoca a la Iglesia y a Bush

Con corona de espinas, crucifixiones en escena e insultos al Presidente estadounidense, George W. Bush, Madonna inauguró su gira mundial «Confessions» (Confesiones) en Los Angeles, manteniendo en alto una reputación de provocadora que no decae después de 20 años de carrera.


La «Virgen» y «chica material» de los años 1980, o mujer fatal de los 90, volvió a las raíces de la música disco con su última producción «Confessions on a dance floor», que dio cuenta el domingo de dos horas de un espectáculo técnicamente irreprochable, según indicó hoy el diario Los Angeles Times.


Madonna, que ya había escandalizado al besar a un Cristo negro en el videoclip «Like a Prayer», se arriesgó aún más al provocar a los estadounidenses puritanos y los cristianos del mundo, cantando «Live to Tell» en posición de crucifijo, mientras en torno a ella se proyectan imágenes de niños del tercer mundo.


«El mensaje de compasión que esta apasionada defensora de los derechos de los niños vincula a su postura hierática no era muy fascinante», critica el diario.


Además, la cantante, que nunca ocultó su oposición al Gobierno de Bush, aprovechó la canción «I Love New York» para emprenderla contra el Presidente estadounidense.


«La seguridad no ha sido jamás una postura a la que Madonna se haya adherido verdaderamente», concluye el diario, admirando el aspecto físico de la superestrella de 47 años.


La gira se extenderá todo el verano boreal, con 14 presentaciones en Estados Unidos, hasta el 22 de julio en Miami (Florida), y 10 en Europa: desde Cardiff (Gran Bretaña) el 30 de julio, hasta Amsterdam el 3 de setiembre.


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