Ground Floor es como Romeo y Julieta después de un choque. La idea general se entiende, pero está machucado y varias partes ya no funcionan. Nuestro Romeo es Brody (interpretado por Skylar Astin), un tipo simpático-pero-no-realmente, ingenioso-pero-no-realmente y guapo-pero-no-realmente, que se mete con la genéricamente rubia Jenny (Briga Heelan) una noche. A la mañana siguiente, ¡sorpresa, sorpresa!, trabajan en el mismo edificio. Pero son de pisos distintos. Ella trabaja en mantenimiento, en el primer piso, que es penca, y él en la punta del rascacielos, que es el piso donde hay ternos y escritorios blancos.

Aparentemente, con esto nos tiene que quedar súper claro que son de mundos distintos.

Hay momentos que salvan (o que por lo menos no te dan ganas de tirarle chalas a la tele), pero en general, es pésima. Fome, mal actuada, predecible. Y de nuevo, ¡son sólo de pisos distintos! ¡¿Quién le metió plata a esa idea?!

Por supuesto, después de todos estos pensamientos enojados, una rápida búsqueda de Google revela que TBS (la cadena que lo soltó al mundo) lo renueva para una segunda temporada…

¿Por qué?

¿Por qué me hacen esto?

No les puedo decir que no la vean. Es un país libre. Tenemos libre albedrío. Sólo puedo asegurarles que no la voy a volver a ver bajo ninguna circunstancia. Prefiero perder mi tiempo juntando calcetines huachos o algo por el estilo.