Pero Vicente Fuenzalida no fue a jugar videojuegos, no fue a demostrar sus conocimientos en animé, sino que fue a mirar a las cuapas cosplayers que pasaban por el stand de 40 Principales con trajes sensuales de sus personajes favoritos.
Javier Sandoval
Pero Vicente Fuenzalida no fue a jugar videojuegos, no fue a demostrar sus conocimientos en animé, sino que fue a mirar a las cuapas cosplayers que pasaban por el stand de 40 Principales con trajes sensuales de sus personajes favoritos.