Todo empieza cuando Justin Bieber ofrece una «listening party» después de grabar en el estudio de grabación en Melbourne. Fue ahí cuando la modelo Bailey Scarlett, de 18 años dice haber pedido un  trago de vodka con limón, al que según ella, le pusieron alguna droga. 

¿Qué pasó? Bailey se mareó y se le puso muy borrosa la visión, entonces se largó a llorar y fue Justin quien se sentó a su lado para intentar calmarla. Pero ella estaba en tan mal estado que tuvo que salir del lugar. Llamaron a la policía y la joven denunció que alguno de los invitados a la fiesta la había drogado.

Si bien optó por no hablar con la prensa «por cuestiones legales», al ser trasladada a un hospital en Melbourne, la chica habría declarado que alguien le puso algo en su trago.

Jimmy Wyatt, dueño del estudio de grabación, dijo que estuvo viendo las cámaras de seguridad y las filmaciones que se hicieron en el evento y aseguró que el vaso de Bailey «estaba visible» en todo momento y que nadie lo tocó. Mientras que Alex McDonnell, organizador del evento, afirmó que para él la chica «estaba teniendo un ataque de pánico».