Empezamos esa época del año en que nos ponemos en plan verano, empezamos a comer mejor y tratamos de hacer ejercicio para llegar a unas vacaciones sin polera.
Pero algo que sí o sí tienen que incluir en su rutina para bajar los kilitos de más, es dormir.
Los estudios aseguran que cuando dormimos mal, estamos más propensos a la obesidad, porque la falta de sueño nos dan ganas de comer comida chatarra y cosas calóricas… así no más es la cosa.
Y ojo, que una de las mejores formas para conciliar un buen sueño en la noche, es comer lo adecuado en la noche: ojala dos horas antes de acostarse, y un carne blanca con ensaladas…
Dormir suena como la mejor dieta.