En Europa están preocupados por el chemsex, una nueva práctica sexual que se está multiplicado en el viejo continente.
Se trata de una combinación de sexo con consumo de drogas, y que busca que la gente se desinhiba y sienta más placer.
Aunque este tipo de interacciones no son nuevas, son cada vez más comunes y ponen en riesgo a las personas que quedan más proclives a generar una adicción, tener una sobredosis o contraer sida, y según los datos que se tienen, Londres es la capital del chemsex.
Según El País, actualmente esta moda tiene una definición más específica y describe el uso combinado de metanfetaminas (crystal meth), GHB o éxtasis líquido, mefedrona y otros estimulantes -como el poppers o el viagra.
¿Ustedes lo conocen?