A quien no le ha pasado que se ha pegado un carrete a mitad de semana y ha llegado a trabajar, al día siguiente, con una caña matadora… con más ganas de morir que de vivir.
Eso pasa en todas partes del mundo y para hacerle la vida más fácil a sus trabajadores, una empresa londinense, del mundo musical, decidió darle días libres a sus chiquillos para que se recuperen bien de sus noches de fiesta: “Nuestros empleados ya no tendrán necesidad de hacer creer que atraparon un virus o aparentar que están enfermos y podrán simplemente decir a su jefe lo que tienen realmente”.
El permiso se puede pedir hasta 4 veces al año, y para hacerlo efectivo, basta con decirle al jefe que el carrete estuvo muy bueno.
En parte, la empresa quiere que sus trabajadores conozcan ben el ambiente nocturno de Londres, para así conocer mejor el mercado y hacer mejor su pega.
Incluso el permiso se lo pueden pedir si van a un concierto en la noche, que termina muy tarde y quieren descansar. ¡Unos genios!
