Aunque el mito popular dice que los gatos son más ariscos, que por ejemplo los perros, un nuevo estudio descubrió que en verdad les encanta el cariño.
Y que incluso, prefieren el contacto humano a la comida.
Para llegar a esta conclusión, en el experimento se dejó a cada miau en una pieza con varias opciones de comida, juguetes, aromas y una persona que le hablara, jugará y acariciara.
Cada gatito fue expuesto a estos incentivos, uno a la vez, y se midió cuanto tiempo le dedicaban a cada uno. Después, se eligió lo que más les gusto de cada estímulo y así se eligió su preferido.
Por ejemplo, si un gato eligió de comida el atún, de juguete el ratón, de aroma la hierba gatera y los cariños de una persona, se le pusieron todos juntos y siempre eligieron el contacto humano primero.
¡Una dulzura!