Tan bien como suena, las personas podrían seguir una dieta saludable que al mismo tiempo ayudaría a proteger el planeta. Así lo demostraron los científicos del Centro John Hopkins para un Futuro Habitable en Baltimore, Estados Unidos.

Los expertos analizaron la situación alimentaria en 140 países diferentes y el impacto que esto tiene en el clima. Los países más industrializados fueron las que presentaron mayor preocupación. «La gente en Europa y Estados Unidos debe cambiar urgentemente su dieta, comer más vegetales y menos productos animales, lo que incluye carne, leche y huevos, para mitigar el cambio climático”, detallaron.

El estudio también dejó en evidencia que si se hace uso de una dieta que conste solo de un tercio de producto de origen animal y dos tercios de vegetal, su huella climática sería menor que la solemos consumir. Esta dieta es la lacto-ovo-vegetariana, la que significaría evitar la carne y el pescado, pero no así el consumo de huevos y productos lácteos.

Las razones de cómo esto podría revertir el cambio climático se encuentra en la contaminación que la industria ganadera produce. Esta sería la responsable de casi el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.

Sin embargo, las proteínas del extremo inferior de la cadena alimenticia, como pequeños pescados y los moluscos, tiene una incidencia muy pequeña el medio ambiente, casi como una alimentación vegana.