En Ámsterdam decidieron cambiar una larga tradición y en vez de regalarle a los padres de la ciudad una toalla de baño para bebés, plantarán un árbol por cada recién nacido.
La decisión se tomó debido a que el producto en cuestión era hecho en China de manera muy poco sostenible, e implicaba altos costos como transporte, almacenamiento e higiene. La toalla con capucha roja y estampado de “Ámsterdam” que regalaban, debía lavarse hasta tres veces antes de ser utilizada, debido a la cantidad de pintura que contenía. Para que te hagas una idea de lo poco amigable que era esta toalla con el medio ambiente.
La alcaldesa, Femke Halsema y los concejales, decidieron que «A partir de ahora, los padres tendrán la opción de elegir entre una manta duradera o un árbol plantado en la ciudad, como regalo por el nacimiento».
Este obsequio comenzará a ser válido desde septiembre y la fundación holandesa “Trees for Alls”, será la encargada de plantar los árboles.
Por otra parte, la manta estará hecha de algodón orgánico y de plástico reciclado recogido del océano, y será producida en Europa, para evitar los costos y efectos del transporte en el ambiente.
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