#DetrásdelBeat: El ritmo en manos de Magic en el Beat
Iniciamos una sesión de entrevistas con destacados productores musicales, comenzando con Magic en el Beat.
Si has escuchado “Tak Tiki Tak” de Harry Nach, habrás notado la famosa voz inicial que marca un “Magic on the Beat”. Él es uno de los productores nacionales del momento, con un trabajo que comenzó a sus 12 años y en el que fue poco a poco creciendo.
Joaquín Calderón hoy tiene 21 años y sin duda no ha sido un trabajo fácil no sólo por el crecimiento laboral, sino que también por un desafío de él mismo de salir de su espacio de confort.
Con él iniciamos una nueva sesión de entrevistas llamadas #DetrásdelBeat, donde conversaremos con una serie de destacados productores nacionales que hoy tienen al mundo entero bailando.
Magic en el Beat: “Hacía reggaetón con sentimiento de culpa”
Primero que todo, para quienes no manejen el concepto, qué es ser productor musical en tus propias palabras.
Partamos por qué es ser productor musical; para mí es convertir una idea de un artista o de un compositor, en una canción como tal. Es como sacar una foto con tu celu, muy amateur, y después esa idea, ir y sacar una foto profesional, editarla, subirle el brillo, etc.
Nosotros nos encargamos de conversar con el artista -compositor o quien sea-, y ver qué es lo que quiere hacer. A veces te dice, por ejemplo: “Mira, quiero hacer un tema de reggaetón”. Ya, entonces uno pregunta “de qué querí’ hablar, cuál es la vibra”. Nosotros vamos mentalmente pensando musicalmente esa ida del artista.
Luego eso, con las diferentes etapas que van sucediendo, se va convirtiendo en una canción como tal. Con estructura, con transiciones, con momentos y todo eso. Pero para mi ser productor musical es llevar a cabo mis ideas, o las ideas de un artista, y hacerlas tangibles o escuchables en este caso para que las pueda digerir cualquier persona.
La mayoría dice que es como “hacer música”, pero va más allá de eso… Muchas veces hay que entender el entorno del artista. Por ejemplo, trabajar con el Pablo (Chill-E) no es lo mismo que trabajar con con el Poli (Westcoast). Son dos personas que si bien vienen de donde mismo, tienen dos visiones de la vida diferente, lo cual hace que su música sea diferente. Trabajar con la Paloma (Mami) no es lo mismo que con el Harry (Nach). No es “hacer música” a lo loco.
¿Cuándo comenzaste en esto?
Yo en particular empecé como a los 12 años… Así como que descargué un programa, empecé a hacer clic por aquí y por allá… Cantaba al principio hip-hop. En esos años en Chile este estilo de música era lo máximo; no existía el reggaetón, no existía el trap, al menos en nuestro país. Estaba El Sur es Hardcore y esos festivales en los que estaba muy metido Omega, Portavoz, todos esos cantantes. Y yo rayaba con eso, estaba muy rayado y hacía pistas e instrumentales de hip hop.
En algún momento, paralelamente, escuchaba reggaetón -que era mal visto en esa época-, era super ridículo en ese tiempo, pero bueno, eso fue lo que me dió el impulso a hacer ese tipo de música como con el sentimiento de culpa. “Uy, no puedo hacer reggaetón porque hago rap. Qué van a pensar los raperos” (dice entre risas).
Pero bueno, lo hice y se me hizo más fácil que hacer rap, como instintivamente. Y de ahí pasaron muchos años, 2012, 2013 y ya como el 2016 estuvo mucho más presente en mi. Si bien desde que empecé a los 12, 13 años, no ha habido un día en que yo no he trabajado… Año Nuevo, Navidad, ni mi cumpleaños, ni vacaciones. Cuando estaba en el colegio llevaba el compu a la sala y hacía música ahí con mis audífonos… Como que me rayé igual.
Porque te gustaba..
Si po. Pero en el 2016 conocí el mundo. Porque yo vivo en San Bernardo, alejado de la ciudad porque los conciertos siempre son allá en Providencia, Santiago, entonces yo no cachaba nada, no socializaba con nadie. Era un ermitaño.
Ese año pude conocer gente, desarrollar mi personalidad en el medio.
¿Fue como de coincidencia, o te fuiste a meter a un concierto, te encontraste con alguien de gustos similares? Cómo fue eso.
Como que me empujaron, como que yo no quería…
Era como “lo haces o no lo haces”…
Sí, pero yo sabía que tenía que hacerlo en algún momento. Yo soy super encerrao’, super solitario, bueno como la mayoría de los que hace esto, somos como niños rata en ese sentido y yo soy re malo para hacer amistades.
Cuando entré a la U a estudiar Técnico en Sonido, ahí tenía un compañero que yo lo ubicaba y sabía que lo había visto en algún lado, lo había escuchado. Y en un momento hubo una disertación como para presentarnos, y él dijo: “Yo soy rapero, yo me llamo Yaero” -que en ese tiempo él tenía otro nombre. En ese entonces, él apeaba con el Ceaese y tenía un tema con el Jonas Sánche, que se llamaba “Días Grises”, muy conocido en ese momento.
Después me tocó a mi, dije lo que hacía y después de esa clase él me comentó: “Oye hermano, tu hací’ trap, reggaetón, juntémonos”. Y él me presentó al Ceaese, y cuando lo conocí, me incorporó a su equipo y me empezó a invitar a su casa, a tocar. En ese momento yo no trabajaba en los shows en vivo, sólo acompañaba.
Ahí conocí a todos. Al Gianluca, al Polima, al (Young) Cister… Ahí los vi a todos en persona; a otros productores, y justo en ese momento estaba empezando a ir a otros estudios, no estaba solo en mi casa.
¿En ese entonces ya estabas trabajando con alguien o aún estabas haciendo tus propios temas?
En ese tiempo llevaba un par de años grabando gente, cualquier persona. Y grabé a tantas, no sé a cuántas grabé, pero fueron miles de personas como en cuatro años, acá en mi pieza, en mi casa, los hacía pasar a todos.
En ese periodo mucha de esa gente me llevó a conocer a otros, pero como te digo, siempre era en la comodidad de mi pieza. Entonces pasó esto del Ceaese y él me sacó de la zona de confort y ahí crecí harto… Descubrí que era algo super importante, eso que le dicen de “hacer lobby”.
Conociste a Ceaese, empezaste a darte cuenta de que esto era de si tú le ponías de tu parte o no. Si tu no te movías, no ibas a avanzar… ¿Te acuerdas de la primera canción que trabajaste con un artista conocido? Esa joyita que tuviste en aquel tiempo… O a la que le tienes mucho cariño.
Me acuerdo que en un momento, antes de conocer al Cea, hice un tema con Franco El Gorila y unos puertorriqueños. Pasó desapercibido, pero para mi era un gran logro. Y después con el Ceaese hicimos uno que se llama “Kamikaze”, y sonó en la radio. Para mi fue como lo máximo.
¿Qué sentías -y sientes- cuando escuchas una canción que produjiste tú? Por lo general, la gente se fija en el cantante; cuando las personas se meten más en la música empiezan a averiguar qué productor está detrás.
Al principio era loco… Fue lo mismo que pasó con “Tak Tiki Tak” ahora hace poco con el Harry (Nach). Es una sensación extraña… Es como cuando te cantan “Cumpleaños Feliz”, donde te están todos mirando y tu así como “uhhh… Qué hago”. Como que te sentí’ feliz pero raro.
Las personas que hacemos esto, como siempre estamos solos, no estamos acostumbrados -al principio- a que nos escuche tanta gente. Ahora con las redes sociales, más gente sabe quiénes son los que producen las canciones, entonces te empieza a hablar gente y para uno es raro.
Desde mi perspectiva, lo que es el mundo del hip hop, rap, trap, la gente se fija mucho en los productores, más de lo normal…
Sí, es como por ejemplo, la música de los 90’ o 2000 -que no sea hip hop- como Sin Bandera, Alex Ubago, como esa camada, nadie sabe quién está detrás de esas canciones. Antes de hecho se sabía más, como que detrás de Michael Jackson estaba Quincy Jones.
Tal como dices tu, con el rap se dio a conocer más esto. Con Dr. Dre por ejemplo, y después con el trap. No sé por qué este género es distinto, pero creo que influyó mucho el reggaetón, porque fue el género en el que al final de los temas mencionaba a todos los productores y eso no pasaba antes.
Wisin y Yandel decían “Héctor el Father”, “Victor el Nasi” todo eso… No pasaba antes y la gente decía “quiénes son estos”. Eso viene del reggaetón, el rap no lo hacía.
Nosotros también nos empezamos a acostumbrar, a que cuando estabai’ grabando y llegabas al final del tema, como a la parte a la que nosotros le llamamos Pauta, uno esperaba que en cantante te nombrara mientras grababa… Porque era como tu momento de gloria. Y lo otro que siento que también influyó, fue que cuando estaba la época del Ares, en la que uno descargaba música, también ponían a los productores entre paréntesis en el nombre del tema, y eso impulsó más esto.
En los shows ahora también se nota la diferencia, la gente toma fotos, empieza a cachar quienes salen arriba del escenario, se va expandiendo más.
¿No te incomoda esa dualidad? Tu trabajo que era en solitario ahora más gente empieza a hablar de ti.
Siento que la otra gente que habla de mí son productores más jóvenes, u otros cantantes. O sea, si yo voy con el Poli, que es con el que trabajo más, y vamos a meternos a un mall nadie me va saludar a mi, a excepción de que pase un cabro que hace música.
¿Y eso no le da un toque especial?
Sí, es raro porque pasamos encerrados creando todo el día cosas. Y claro, de repente le va bien a una canción y la gente empieza a investigar. Con lo del Harry pasó, justamente, por casualidad, que eso era algo que yo estaba haciendo en ese momento -algo que no hago siempre- que es poner una vocecita con mi nombre al inicio del tema, que dice “Magic on the Beat”.
Yo eso se lo mostré al Harry (Nach), le dije que me lo había grabado una loca que hace eso y me dijo: “Oye, está bueno”. Le comenté que lo estaba poniendo al inicio de los temas o al final, y le pregunté si podía hacerlo en este, y me dio el “dale nomás”.
Fue solo por ese detalle que mucha gente escuchaba, me buscaba y decía: “ah, este es el loco que suena en las canciones”. Pero claro, hay veces que la gente no sabe qué significa, pero sí sabe que ahí viene la canción.
Hoy la música sale y sale. Los éxitos pueden ser uno tras otros… ¿Cómo lo haces para no quedarte sin ideas?
Lo que pasa es que todas las formas de trabajo son distintas. La mayoría piensa que uno se junta con el artista y hace una canción de cero. De hecho la mayoría del tiempo no es así, uno hace un instrumental, un beat, y eso se hace todos los días. Yo ya agarré un ritmo que es hacer muchas ideas.
Entonces un día yo me junto con alguien, como el Harry (Nach), y le muestro 10 pistas, y él me dice: “Ese me gusta”, y empieza a tararear; a eso se le agrega una letra y se arma una canción. Yo ahora estoy en un sello en el que así trabajo, hago muchos instrumentales y cada artista dice qué le gusta. Es muy raro que hagamos una canción desde cero.
Tenemos claro que “Tak Tiki Tak” es uno de tus grandes éxitos de los últimos años junto a Harry Nach, pero ¿con quién estás trabajando ahora?
Ahora estoy con todo el nuevo disco de Polimá Westcoast. “Fantasma” y “Otro día, otro intento” las he hecho yo.
También estoy trabajando con Soulfía y aparte de eso con el sello Rimas. Tengo un par de cosas con Gigolo y la Exce, que son unos puertorriqueños, tengo otras más secretas… Que aún no puedo decir (dice entre risas). Con el Harry tenemos más música, eso es lo principal.
¿Con quién te gustaría trabajar?
Larga lista… No me gusta sonar así, pero creo que ya tengo canciones con la mayoría de los chicos nacionales que están en el hype. Ya maté sueños que tenía, como trabajar con el Poli, y con el que tenemos como 21 canciones guardadas. Hay alguien con el que no he trabajado que es el AK 4:20.
Me gustaría hacer otras cosas, no urbano. Me gusta lo que hace Mon Laferte, Francisca Valenzuela. Y de afuera, hay varios, pero principalmente Bad Bunny, The Weeknd, Travis Scott, toda esa gente que está en el hype, Ariana Grande… Hay mucha gente en verdad.
Cómo aconsejas a alguien interesado en la producción musical… O qué le dirías a tu yo de 12 años.
Ufff muchas cosas, hay un par de cosas que tiene que pasar el tiempo para entenderlas. Hay que hacer lo que uno ama, no por lo que trae sino por lo que es. Yo de chico veía a los productores que tenían plata, pero no me daba cuenta que lo importante era disfrutar el proceso.
Esto es igual o más que ser futbolista: no puede haber un día que no lo hagas. Yo he perdido amigos, pololas por esto. Me he ausentado de cumpleaños, etc. Si uno no es una persona que no haga las cosas enfocado, no va a resultar, porque hay mucha gente que está haciendo lo mismo.
Y lo último es que tienen que saber que, ahora sí, se puede vivir de esto y bien. Tal vez no en Chile aún, pero la música es global; yo puedo hacer algo con alguien que está en China. Cuando me decían “en qué vas a trabajar” yo respondía: “En Puerto Rico son millonarios”. Pero no entendía que acá no había industria, pero ahora ya hay cimientos.
Joce Acuña
Editora general y locutora en LOS40 Chile