Milaw Almonacid, la madre de Tamara Moya, compartió en su cuenta de Instagram un potente y emotivo mensaje en marco del asesinato de su hija producto de una encerrona en Huechuraba hace unas semanas.
El posteo consiste de una foto junto a la niña donde comienza relatando su historia desde el embarazo.
“Sufrí un embarazo complicado, síntomas de pérdida, el doctor me pidió que guardara reposo hasta que Tamara (mi pollito) se aferrara a mí. Hospitalizada y mi bebé sin latidos, lloré, rogué, oré, le pedí a Dios, a las energías, al universo, que permitieran tener a mi bebé. Al día siguiente oí sus latidos fuertes, gritándome que aquí estabas. Prometí entregar mi vida completamente a mi pequeña”, comenzó diciendo.
A esto continuó hablando sobre el momento en que eligieron su nueva casa. “Raúl es nacido y criado en Renca, por mi parte Pudahuel. Gente humilde, pero también rodeados de gente no tan buena. El decidir irnos a vivir a Huechuraba fue netamente por la seguridad de mi niña. Pero la vida es cruel, es dura… Nos jugó una carta oscura y sin escapatoria. La maldad está en todos lados, vivas rodeada de ella o quieras huir”, siguió.
A estas palabras, después la mamá de Tamara siguió en un tono desgarrador, donde incluso pidió perdón. “Pequeña hija, te pido perdón, traerte a este mundo y que acabarán con tus sueños, te lloró cada día, cada segundo desde que tus ojos se desvanecieron, te pido perdón por no cumplir los muchos sueños que tenías a tu corta edad”, dijo.
“Si tuviera otra oportunidad de cargarte en mis brazos, de oler tu cabecita, de reír a tu lado… La tomaría mil veces, solo un minuto Dios! Para oir su voz y sentir sus caricias. ¡Me la quitaron! Apagaron su luz y con ella la mía”, expresó.
“Hoy no podía soportar el despertar otro día sin ti. Esa breve crisis que tus tíos y abuelo en silencio aceptaron entendiendo que nada podría calmar. Pequeña hija, te extraño con el alma y es duro continuar sobreviviendo a esta vida. La Vida sin Tamara… No es vida”, continuó.
Finalmente, Milaw Almonacid entregó un mensaje tanto para la pequeña Tamara como para todos los padres y madres. “Abracen a sus hijos, jueguen con ellos, díganles cada día lo mucho que los aman. Hoy pueden hacerlo mirándolos a sus caritas, mañana podría ser arrodillados frente a una lápida”, finalizó.
