Al igual que todos los años, este domingo de abril se celebra la Pascua de Resurrección donde los creyentes festejan el regreso a la vida de Jesús tras su crucifixión. Sin embargo, ¿se han preguntado qué relación hay entre dicho hecho religioso y un conejo que te trae chocolatitos?
Bueno, la emblemática serie animada South Park sí planteó esta interrogante en un memorable capítulo titulado “Fantastic Easter Special” (Fantástico Especial de Pascua) perteneciente a su temporada número 11.
Este episodio nos muestra a un Stan pintando huevos y preguntándole a su padre por qué hacen eso, ya que no le encuentra sentido que la resurrección de Jesús tenga algo que ver con un conejo, y menos uno que regalaba chocolates.
La verdad… según South Park
Tras comenzar a investigar del tema, el niño se percata de algo tan drástico como increíblemente divertido para los auditores. En clara burla a los masones y en parodia al “Código Da Vinci”, la serie nos muestra una sociedad secreta llamada “El club de conejos para hombres”. Esta secta es poseedora de un gran secreto: ¡San Pedro era un conejo!
Según South Park, Leonardo Da Vinci era parte de este club y cuando pintó la Última Cena personificó al fundador de la iglesia como un conejo, o sea, como realmente es. Sin embargo, la Iglesia lo ocultó y puso sólo a hombres a cargo.
¿Por qué un conejo?
Según el capítulo, Jesús sabía que ningún humano podría ser la cara visible de su iglesia porque ellos se corrompen fácilmente. En cambio, los conejos son puros y tolerantes. Es más, acá hablan del sombrero papal, el que tiene esa forma para ocultar las orejitas del mamífero.
¿Y los huevos?
Bueno, esta sociedad secreta comenzó a decorar huevos generación tras generación para mantener esta historia con vida y que, tarde o temprano, la gente supiera la verdad.
¿Cuál es la verdad NO SOUTH PARK de esta tradición?
Si bien la parodia de South Park es chistosa y, dentro de su imaginario, tiene mucho sentido, la verdad es que el regalar huevos tiene un origen hace mucho tiempo atrás, y que asocia el huevo con la fertilidad de la diosa de Mesopotamia Ishtar. No menor, tiene su relación con que la Pascua da con los primeros días de la primavera (una estación caracterizada por ser fértil) en Europa.
