¿Te encanta? Aquí te dejamos cinco motivos para amar aún más a Zac Efron

Sabemos que es un sex symbol a nivel internacional y nos encantó saber que está soltero porque nos derretimos por él. ¡Pero su físico no es la única razón!

Aquí te revelaremos cinco razones que te harán querer aún más al actor estadounidense de 33 años.

1. No se queda con lo fácil

Su protagonismo como Troy Bolton, el chico popular en High School Musical, nos hizo pensar que Zac Efron estaría cumpliendo este tipo de roles todo el tiempo, ¡pero no! De hecho, rechazó un papel que le ofrecieron en el remake de «Footlose» porque no quería enfrascarse solo en los musicales.

2. Gran versatilidad en sus personajes

El actor ha desarrollado personajes muy variados. Estos van, por ejemplo, desde Ted Bundy -uno de los peores asesinos en serie que han existido en la historia- hasta «Teddy Sanders» en la película «Buenos Vecinos», en donde interpreta a un personaje universitario bueno para carretear.

3. Amor por la naturaleza y la ecología

El documental de Netflix «Down To Earth» («Con los pies en la tierra») nos muestra al experto en bienestar Darin Olien junto a Zac Efron. Ambos inician una búsqueda por tener formas más saludables de vivir, además de promover el cuidado del medio ambiente, la ecología y la sustentabilidad, todas temáticas muy importantes para el planeta. ¡Nos encanta!

4. Protagonizó el cortometraje de «Save Ralph»

Últimamente hemos visto el cortometraje de «Save Ralph» circulando en las redes sociales, un pequeño filme que visibiliza la crueldad de las pruebas cosméticas en animales. Si bien no hizo la voz del conejo Ralph propiamente tal, el actor protagonizó este corto por una buena causa junto a Taika Waititi, Olivia Munn, Pom Klementieff, Tricia Helfer, Rodrigo Santoro y Ricky Gervais.

 5. Repara autos antiguos

Además de sus rutinas y su vida agitada, Efron también deja espacio para desarrollar sus hobbies. Uno de sus pasatiempos es reparar los autos antiguos de su abuelo,  como el Ford Mustang de 1965, un vehículo en el que se demoró dos años en reconstruir. ¡Qué paciencia!