Pareciera ser que las criptomonedas también dañan el medio ambiente, al menos de forma indirecta. De hecho, según un reciente estudio de los economistas Alex de Vries y Christian Stoll, del banco central holandés y del MIT, cada transacción de bitcoin genera la misma cantidad de desechos electrónicos que botar dos iPhones a la basura.
La huella de las criptomonedas
De Vries y Stoll aseguran que los efectos nocivos de las criptomendas sobre el planeta que más preocupan son los que tienen un impacto directo en el medio ambiente.
El estudio apunta a que solamente en 2020 se llevaron a cabo 112,5 millones de transacciones de bitcoin y cada una de ellas produjo 272 g de residuos electrónicos. Es decir, el peso de dos iPhone 12 Mini.
El bitcoin, en total, generaría 30,7 kilotoneladas de residuos de forma anual. Esta cifra es comparable a la cantidad de residuos electrónicos que pueden llegar a producir Holanda.
¿Por qué sucede esto?
La explicación radica en que los computadores que se usan para «minar» (extraer) criptomonedas tienen una vida útil muy corta. Por lo tanto, cada transacción es un golpe mortal a este tipo de computadores, que solamente se utilizan para este propósito. Y al estar funcionando 24/7 dejan de funcionar y se deben ir cambiando por otros.
La banca tradicional también contamina
Los expertos pronostican que esta problemática medioambiental con los bitcoins irá aumentando en medida que su precio también lo haga. Tiene lógica, pues a más valor de la criptomoneda, más se minará y más ordenadores se usarán.
La solución para cortar el impacto de la minería de bitcoin en el medio ambiente pasa por rehacer de nuevo el proceso de minería y crear una alternativa más sostenible.
En el mismo estudio también se recuerda que los residuos electrónicos no provienen solamente de las criptomonedas, ya que el sistema financiero de toda la vida también generan deshechos en forma de cajeros, computadores, tarjetas de crédito y otros dispositivos que se usan de forma cotidiana.
