Comida y K-dramas: Una manera de conocer más sobre la cultura surcoreana
Más que un simple adorno, las escenas en donde los personajes comparten un alimento es una ventana hacia su idiosincrasia.
Más allá de sus tramas entretenidas y llenas de intriga, los K-dramas han conquistado millones de corazones en el mundo por su capacidad para mostrar la riqueza cultural de Corea del Sur. Y es que uno de los aspectos más destacados de estas series es el rol que juega la comida, no solo como un elemento visual atractivo, sino como un vehículo narrativo que conecta emociones, tradiciones y relaciones humanas.
En verdad, la comida es más que un telón de fondo en los K-dramas, pues se trata de un elemento esencial para el desarrollo de los personajes y la trama. Escenas icónicas como las comidas en familia o las reuniones entre amigos refuerzan temas de unidad y apoyo mutuo.
Kang Dong-han, vicepresidente de contenido coreano de Netflix, señaló que esto “marca un nuevo hito en la tarea de llevar lo mejor de la narrativa coreana al mundo”.
Pero vamos a la data dura. Un ejemplo de esto se ve en el exitoso drama “Let's Eat”, en donde la gastronomía se convierte en el centro de la historia, con elaboradas descripciones de platillos y escenas que reflejan cómo los personajes encuentran consuelo y conexión a través de la comida.
Del mismo modo, en “Aterrizaje de emergencia en tu corazón” (o “Crash Landing on You”, para la señal internacional), momentos como el que los protagonistas comparten un simple plato de kimchi destacan el poder de la cocina para unir mundos opuestos.
K-Dramas: De la pantalla a la vida cotidiana
En Corea del Sur, la comida es mucho más que sustento; es una experiencia comunitaria… y los K-dramas reflejan esta realidad al mostrar cómo las familias y amigos se reúnen alrededor de la mesa, lo que crea un contraste con el ritmo acelerado de la vida urbana.
Incluso en contextos de comida callejera, como los vibrantes mercados representados en series como “Reply 1988”, los dramas muestran el equilibrio entre la tradición y la modernidad, resaltando la importancia de conservar estas costumbres en un mundo cada vez más globalizado.
Estas representaciones no solo enriquecen las historias, sino que también inspiran a las audiencias internacionales a explorar la cultura culinaria de Corea del Sur, reforzando su rol como un puente entre la ficción y la realidad. Y vaya que es rica la comida surcoreana.