Este sería el origen del Conejo de Pascua
Según académicos, la existencia del peludo animal se remontaría a la Europa medieval.

Este sería el origen del Conejo de Pascua
Huevos, chocolates y conejos; una amalgama de cosas que hayan sentido el último día de la Semana Santa: el Domingo de Resurrección o también conocida como Pascua de Resurrección.
Desde hace más de 2000 años, la festividad cristiana celebra la resurrección de Jesucristo; no obstante, a día de hoy, la tradición se ha llenado de costumbres que tienen orígenes paganos, como por ejemplo, el propio Conejo de Pascua.

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Erase una vez en Alemania
Parte de las explicaciones de por qué la pascua es tal cual es, se remontan a la era medieval, en lo que hoy es Alemania.
En aquellas tierras, los habitantes celebraban el llamado Osterhase, liebre de Pascua en español. Esta festividad, aseguran los expertos, estaría estrechamente relacionada con la diosa germánica Ostara, figura divina asociada a la fertilidad, y que cada equinoccio de primavera era honrada en la Europa medieval.
Aseguran que la divinidad germánica tenía como compañero un conejo, animal que en aquel territorio es un símbolo de la resurrección y vida eterna, al igual que el huevo. No obstante, distintos académicos dudan de que esta versión sea el verdadero origen del conejo, ya que no hay pruebas que sostengan su veracidad.
La llegada del conejo a la festividad
Lo que si es cierto, es que tanto las liebres como los conejos han sido utilizados como símbolos religiosos desde hace siglos. Prueba de ello son los relatos del alemán Georg Franck von Frankenau.
Según Camilo Pino, académico del Instituto de Filosofía y del Bachillerato en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, el botánico europeo "dio cuenta de una costumbre proveniente de Alsacia acerca de una liebre que llevaba huevos de colores a los niños. Al parecer, una tradición luterana veía en esta figura un símil de lo que hoy conocemos como el Viejito Pascuero”.
La relación entre los huevos y el mamífero nació después aseguran los historiadores. Primero fue el alimento, ya que este empezó a hacerse popular al llegar la Pascua. Pino explica que: "tras el ayuno propio de la cuaresma (cuarenta días) en la Iglesia Ortodoxa. Con el paso del tiempo, estos comenzaron a hervirse con hierbas y flores, lo que cambiaba la coloración de la cáscara".
Luego, en el siglo XVIII, llegó el conejo. El académico asegura la introducción del animal a la festividad cristiana se debió a los inmigrantes alemanes que llegaron a Estados Unidos. Estos traspasaron la tradición del Osterhase de generación en generación hasta que modificaron la Pascua, fusionándola con la fiesta primaveral, la cual años después incluyó los huevos de chocolate para hacer felices a los más pequeños... y a los grandes, también.