El Cachagua Gate tiene para rato, pero para MUCHO rato. Así como ahora habló el dueño de la casa, la que fue arrendada para supuestamente sólo siete personas, también han sido revelados datos respecto a la investigación en sí.
Más exactamente, el seremi de salud, Francisco Álvarez, ha denunciado que el trabajo de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medioambiente y Patrimonio Cultural de la PDI (BIDEMA, quienes están a cargo) ha sido entorpecido por varias declaraciones de algunos involucrados en el irresponsable carrete, las que estarían faltando a la verdad.
Según la información publicada en La Tercera, los antecedentes que maneja la fiscalía es que al menos unas 30 personas estarían mintiendo en sus confesiones, entre ellos algunos muy peculiares como por ejemplo los siguientes:
Gente que no se niega a responder; gente contagiada que niega haber estado presente en el carrete de Cachagua; incluso otros que aparecen en el video y que lo niegan.
Pero eso no es todo, ya que incluso han existido relatos contradictorios que dificultan que la investigación avance. En lo tragicómico del asunto, también apareció una madre que negó conocer a sus hijos según el medio antes mencionado. Lo mismo con casos de asistentes inubicables.
Por esto pueden surgir preguntas como: ¿Qué pasa con los jóvenes o padres que no aportan al tema? Sobre esto, el Ministerio Público asegura que “se les puede pedir audiencia de formalización, y yo me inclinaría a que sería un delito en contra la salud pública. Ahora bien, si aparecen imputados y estos no tienen obligación de confesar, nosotros tenemos que probarlo. En el caso en que llamemos a testigos, y que el tribunal determine que sus testimonios son falsos, ahí habría obstrucción a la justicia”, explicó el fiscal jefe de La Ligua, Luis Cortez, a La Tercera.