«Parte de Mí» de Nicki Nicole: El yin yang entre la calle y lo íntimo
En LOS40 analizamos el último disco de la argentina, el que se posiciona como uno de los mejores de la temporada y uno que marcará pauta de aquí en adelante
En un contexto musical dominado por singles, los mismos que aparecen con frecuencia y que poco aportan a la novedad auditiva, resulta más que gratificante escuchar discos trabajados tanto en lo sonoro como en su identidad. Obviamente estamos hablando de “Parte de mí”, el nuevo disco de Nicki Nicole que se convierte en uno de los puntos altos de la música latina de la presente temporada.
El segundo larga duración de la rosarina resulta ser más que llamativo, especialmente para quienes piensen escucharlo pensando en que se toparán con la “típica artista urbana”. Y es que, si bien sus inicios estuvieron marcados este género, resulta injusto encasillarla en sólo un estilo.
“Parte de mí” de Nicki Nicole: El limbo perfecto
Me gusta mucho escuchar los primeros discos de los músicos, porque en estos nos topamos con sus declaraciones de principios, además de las composiciones que fueron crearon desde el día cero. El más claro ejemplo es, y perdón por el desvío estilístico, el “Kill ‘em All” de Metallica donde nos mostraron su hambre por ver el mundo arder.
Sin embargo, los álbumes número 2 son más que interesantes, puesto que están justo en el limbo entre los primeros pasos y el tercer disco que, para muchos, siempre es el mejor de las carreras (“London Calling” de The Clash por citar alguno).
En este ambiente llega Nicki Nicole con “Parte de Mí”, una evolución más que llamativa a su destacable debut en 2019 con “Recuerdos”.
Pese a que no es un álbum conceptual como tal, este trabajo sí cuenta con un leitmotiv bien claro que es “spoileado” por el mismo título: La argentina nos muestra parte de ella, pero no cualquiera, sino que la más interna, sincera y sentimental.
Esto no sólo queda en claro con el primer tema homónimo al disco, sino que también con canciones como «Si vos me lo pedís”, “Pensamos” (ft Mon Laferte), “Verte” o “Perdido”, las que, lejos de querer escucharlas en un estadio repleto (gustito que sí se puede dar la trasandina), sería una verdadera fantasía oírlas en un ambiente íntimo como un show de bar o teatro, principalmente por cómo se forjaron en el estudio, dejando como únicos agudos sus cantos.
Yin Yang musical
Así como el mítico Yin Yang nos grafica el bien y el mal, “Parte de mí” es un choque entre lo pop e íntimo con lo urbano y fiestero. Aquello lo podemos evidenciar por un hermoso detalle que representa el cuidado que hay en este disco: Cuenta con un interludio.
Después de este pasamos de escuchar composiciones de toque melódico, sentimental e íntimos a la potencia con bases trap y raíces callejeras que tan bien le quedan como “Colocao” o “Toa la vida”.
“Parte de mí” no sólo destaca en el talento de Nicki Nicole, sino que también en la producción a cargo de Evlay, especialmente en lo que a bajos y percusiones se refiere, puesto que, si esta columna falla, el ritmo pasa a mejor vida.
El combinar reggae, pop rock, trap, rap, electropop y R&B en un álbum es aplaudible, pero hacerlo con amor a un trabajo general lo es más. Con este disco, Nicki no sólo se posiciona como un nombre fuerte de la música latinoamericana, sino que también le enseña a los artistas de las nuevas generaciones a cómo hacer un álbum pop/urbano de aquí en adelante y no perecer en el intento.
En este disco, Nicki Nicole no necesitó decir repetidas veces su nombre al final de cada canción para recordarle a la gente quién es ella, como hacen muchos en la actualidad, puesto que con sus 16 canciones aprendimos a conocerla de verdad, en lo musical y personal… aunque haya sido por partes.