A ver, ¿cómo empezamos contando esta historia tan, pero tan WFT? En Argentina, la salida transitoria de la cárcel un pastor dio inicio a uno de los hechos más curiosos, bizarros y divertidos de este año… ¡y te lo contamos aquí.
Claudio Alejandro Guerrero es un religioso que recibió el beneficio de la libertad momentánea de la cárcel de Florencio Varela, más exactamente de la unidad 32, del vecino país.
Sin embargo, según El Clarín, el pastor se mandó una oleada de pecados seguidos, ya que no regresó al recinto carcelario tras acabarse el plazo de su salida.
Si bien eso esta mal, después hizo otra cosilla que de seguro le traerá problemas cuando vuelva definitivamente: ¡Estuvo con la polola de uno de sus compañeros de celda!
Esto se supo porque el muy pavo (¡ay que ser!) subió como foto de perfil de WhatsApp una foto acostado en una cama y siendo besado por la pareja de uno de los privados de libertad de dicha cárcel… ¿¡PUEDO ESTO VOLVERSE MÁS WTF!?
¿Por qué el pastor fue encarcelado?
Si bien ya te contamos lo curioso de su vida, ahora toca especificar algo más serio, es decir, los motivos por los cuales Claudio Alejandro Guerrero está tras las rejas.
Cuando tenía 10 años cometió su primer robo, todo basado en el crudo ambiente en que se crio donde dormía en la calle y consumía frecuentemente drogas duras como cocaína.
Al mismo tiempo, también confesó estar involucrado en asesinatos y de portal ilegalmente armas de guerra.
Actualmente el pastor está siendo investigado por la justicia y también esperado muuuuy amigablemente por Javier, el engañado.
Adentro se conocieron los tres
Cuando entró a reclusión, ingresó al denominado “Monasterio” del centro penal. En este lugar conoció a Javier quien, a su vez, le presentó a su pareja.
La cosa es que Claudio y la mujer siguieron en contacto, tanto que incluso él fijo en la casa de ella la dirección para recibir los beneficios de salida… ¡te pasaste!
Eso sí, el protagonista de esta historia ya está “advertido” que tendrá un duro recibimiento cuando regrese a la cárcel por indignar a sus “hermanitos” de fe.
