De todas las series de Netflix que la rompen actualmente, hay una que sobresale: «El Juego del Calamar». Desde que se estrenó en la plataforma, las redes sociales se han visto inundadas por contenido relacionado a ella. Memes, reacciones, spoilers, de todo.
Resulta que, recientemente se viralizó un video donde un profesor de Educación Física en Quilicura, llamado Gabriel Monasterio, recreó una de las dinámicas más populares de la producción. Nada más, ni nada menos que el juego «Luz verde, luz roja».
El registro ya suma más de 500 mil visitas en TikTok, y lo más gracioso es que todos asumen sus roles a la perfección. El profesor chileno pasa a ser la muñeca gigante de la serie, y los niños son los competidores.
@gaabrielmonasterio“Luz verde” el juego del calamar😂Educación Física 💪🏻 ##foryou ##parati ##fyp ##chile🇨🇱 ##friend ##chile ##mundial ##foryoupage ##viral♬ El Juego Del Calamar – Remix – Dj Pirata & El Kaio & Maxi Gen
De acuerdo a lo que contó el profesor a LUN, hay un motivo por el que quiso replicarlo: “Vi la serie y me pareció entretenida. Me gustó la idea de rescatar los juegos simples de los niños para desarrollar habilidades motrices básicas en los más pequeños, como saltar, desplazarse, o el equilibrio”.
¿Cuál es el origen de la muñeca de «El Juego del Calamar»?
Pese a que es un furor y que todos están hablando de ella, poco se sabe sobre su origen o si es que esta muñeca robótica existe o no.
Esta monstruosidad surgió de la mente el director y guionista de la serie, Hwang Dong-hyuk. Su idea era crear un personaje original basado en una figura infantil decorativa que existe realmente y que está ubicada en un museo de su natal Corea del Sur.
¿Cómo se llama la muñeca?
Su nombre es Mugunghwa. Esto es llamativo porque la flor nacional de Corea del Sur se llama de la misma forma. Dicha muñeca está ubicada en un museo de carruajes de Jincheon.
Una vez filmada la exitosa serie, los productores devolvieron a la popular muñeca al lugar donde actualmente está, y donde seguirá… por nuestra seguridad, claro está.
