Más que claro que de alguna u otra forma, el audio tiene diversos efectos en nuestra mente pero… ¿Te has preguntado qué te ocurre físicamente cuando escuchas?

La música y los podcasts pueden provocarte muchas emociones… Y también aumentar el recuerdo de una marca y la probabilidad de comprar productos (como cuando una canción te recuerda a un producto en específico, algo que a todos nos ha pasado).

La franquicia de investigación Sonic Science de Spotify volvió con un segundo estudio llamado «Sonic Science 2.0». Éste es una colaboración con la empresa de investigación biométrica MindProber y el doctor Josh McDermott, que dirige el Laboratorio de Audición Computacional del MIT.

Cómo el audio afecta físicamente a los oyentes y la capacidad para evocar recuerdos

Con distintas pruebas biométricas, descubrieron varias cosas. En el primer estudio de 2021, estudiaron los efectos del audio digital en el cerebro, pero ahora hay más novedades:

• La experiencia de escuchar en el servicio de streaming crea un halo de buenas vibras y estos sentimientos positivos.
• Un tercio de los participantes en el estudio afirmaron sentirse «felices» o «alegres» después de escuchar música, mientras que una cuarta parte dijo sentirse «en calma».
• Los resultados mostraron que el 93% del compromiso del cerebro con el contenido se transfirió directamente al compromiso publicitario y, como resultado, los anuncios tuvieron un 19% más de impacto de marca en la plataforma en comparación con el resto de medios.

La actividad emocional

Basándose en la electrodérmica de los oyentes en el estudio (la emoción que se mide a través del sistema nervioso simpático, el cual, cuando se activa, hace que nuestro cuerpo produzca sudor) mientras escuchaban música, se pudo conocer si el contenido de audio que escuchaban les provocaba actividad emocional.

Mediante el estudio de los atributos acústicos (dinamismo, capacidad de baile, energía, instrumentalidad y la «sonoridad»), se produce un aumento del 30% en la precisión en la capacidad de identificar los contextos de los oyentes mientras escuchan música.

En tanto, también se descubrió que los oyentes son más propensos a escuchar música con un alto índice de acústica en momentos de concentración o relajación, como cuando estudian o descansan. También si hay sonoridad durante actividades con movimiento, como caminar, hacer ejercicio o comer.

Instrumentalidad cuando están concentrados, ya sea estudiando, descansando, jugando o conectándose a Internet. Y claro, capacidad de baile al realizar actividades sociales o físicas, como hacer ejercicio, limpiar la casa o salir de fiesta.

Eso sí, la capacidad de baile también se utiliza para mejorar rutinas cotidianas como cocinar y comer.