Todos los niños lo hacen y de repente, hay alguno que otro adulto que no se aguanta la tentación.

Hablamos de comerse los mocos, una de las cosas más asquerosas y aparentemente, buenas para la salud.

Esto según un nuevo estudio del National Center of Biotechnology Information de Canadá y que fue publicado en The Huffington Post, que asegura que los adultos tenemos que comernos los mocos y tenemos que incentivar a los pequeños para que también lo hagan.

Esto, porque las secreciones nasales tienen mucinas salivales que generan una barrera contra las bacterias que provocan la aparición de las caries, además de ser una buena defensa contra las infecciones respiratorias y las ulceras gastrointestinales.

¡Guacala!